viernes, 5 de junio de 2009

Fuerza

Un paso menos. Es lo poco que hace el intento de pasarse por mi cabeza antes de llegar. Otro paso menos. ¿Estoy preparado? Sólo espero que sí, pero, ni lo sé, ni probablemente lo sepa nunca. Voy a la “batalla”, y, dentro de mí, escucho los estruendos de otra en mi interior. Me pregunto qué dos bandos de mí estarán destruyéndose. Espero que la razón no esté entre uno de los dos, por mi bien.

Alea jacta est, recuerdo, me decía él antes de estos momentos. Y realmente tenía razón, la suerte está echada, ya no hay nada más que hacer. Aún así, como si intentara, inútilmente, recuperar y reutilizar ese dicho en mi favor para tranquilizarme, me doy cuenta que de poco me sirve, más que de saberlo. Aunque no está mal saberlo, es interesante, me digo mientras hago un gesto de afirmación con la cabeza.
Mientras, durante mis divagaciones interiores, veo luz, rostros, cuerpos, pero no alcanzo a comprenderlos, ni falta que hace ahora mismo. Como un autómata me dirijo surcando un carril mental hacia donde tengo que ir, y, curiosamente, acabo ocupando un sitio en el que, si la memoria no me falla, debo haber estado como tres o cuatro veces más. Curiosa casualidad, tal vez no.

Esta vez estoy más preparado, eso lo tengo claro. Y aquí viene. Repaso dentro de mí todas la estrategias que tengo para enfrentarme a esto, implorándole a lo que quiera que esté ahí arriba, mirándome, aunque más bien burlándose de mí, que me sirvan para algo.
Primer vistazo. Conclusión: en paz descanse, yo y mi alma. Pero intento no perder el enfoque con vaticinios. Y “lucho”, como un maldito espartano, con todo lo que puedo. Dentro de mí, ahora parece que es el corazón el que está en guerra, pero luchando contra mi cuerpo, contra mi pecho, intentando salir.
Intento calmarlo evadiéndome: cesped, estrellas, Pepsi Twist, el arpegiado inicial de One... Es una pena que nada lo logre, y no entiendo el porqué, pero es así. Finalmente me rendí a esperar a que se cansase de llamar la atención de esa forma. Y así fue.

No sé si vencí, ni si perdí. Ahora mismo no quiero saberlo. Ahora mismo sólo quiero estar, sólo quiero pensar. Pensar en todo lo que me queda por luchar, pensar en mi, pensar en ti. Sólo saber que estoy plantando cara, saber que he recuperado mis zapatos, y vuelvo a andar.


P.D: No creo que sea demasiado difícil adivinar de qué va. Épocas difíciles para un universitario venido a menos (xD), pero, la verdad, para mí es una experiencia catártica salpicar palabras en una hoja en blanco, y, ya sea en la cima de una montaña o sumergido en apuntes, dejar algo de lo que pueda o no sentir en estos momentos. Es lo bueno de la vida, cada segundo es rescatable, sea como sea: malo, bueno, aburrido, estresante, placentero, y un largo etc. Espero que haya gustado, y, ¡hasta pronto!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre una de tus mega rayadas, bastante chula por cierto, espero que tengas suerte en los examenes y te valla el triple de mejor que de aquí para tras... :D

Carlu

Rober dijo...

Hace poco tuve la sensación que tan bien describes. Si si, esa en la que el corazón te pide que le des permiso para darle una vueltilla y, como no se lo das, pues lo intenta por la garganta... aish, me temo que dentro de poco sentiré esa "alegre" sensación de nuevo... deséenme suerte, por dios....

Juanjo dijo...

Suerte, Rober xD. Suerte para todos, aunque lo que necesitamos es más bien fuerza y ánimos para ponernos con ello.

Y espero que sí, vaya a mejor. A ver como sale el cuatrimestre a los universitarios.

Gracias a los dos por comentar. Un saludo