lunes, 12 de agosto de 2013

Lila y verde

Hay momentos en los que la corriente nos arrastra y en realidad hay poco que podamos hacer. Y eso no es algo malo. En fin, uno siempre puede pensar que va a acabar a la deriva en medio de un mar inhóspito y vacío, donde el agua salada acabará hiriendo nuestros riñones, donde bajo la superficie tranquila pueden haber miles de peligros, o directamente donde ni la superficie está en calma y podemos morir ahogados.

Pero no todas las corrientes son así, hay corrientes que nos acompañan a disfrutar, hay corrientes agradables, incluso las hay que nos mueven cuando estamos parados, eso siempre es algo bueno. Simplemente se trata de disfrutar un poco del viaje, porque algunas veces las cosas pueden salir bien, y después de un lento o rápido trayecto agarrados a la cola de algo que nos transporta puede pasar algo como me ha pasado a mi: encontrar a alguien en el camino que nos acompañe.

Y acabar en una isla paradisíaca. Acompañados. 



"Rumbos paralelos, dos anzuelos, en un mismo río"

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