miércoles, 14 de octubre de 2009

Evolucionismo

     Viviendo en la época en la que, para bien o para mal nos ha tocado vivir, uno, como aficionado al arte (en mayor o menor extensión) se para apenado a pensar en las cosas que se ha perdido. Fases de la historia tan emocionantes como el auge artístico de Kubrick o las grandísimas obras de Ford Coppola en el cine, el surrealismo e ingenio prácticamente post-humano de Dalí, o el movimiento grunge en la Seattle de los noventa acompañado de la evolución del rock y del metal hacen pensar hacia dónde se moverá ahora el mundo, artísticamente hablando.

     En fin, poniéndonos en situación, hoy hablaremos de una película que, desde mi punto de vista, ha roto moldes (y va a crear algunos nuevos): Distrito 9.



     Desde el momento en que tuve la oportunidad de disfrutar del teaser trailer me di cuenta de que lo que venía tenía pinta de ser muy interesante. El argumento se localiza en una situación que se desarrolla en nuestro supuesto planeta treinta años antes, y lo que eso supondrá. Una nave extraterrestre se asienta en el aire sobre la ciudad de, pese a lo que cabe esperar, Johannesburgo, en Sudáfrica. Sin noticias de que pase nada en la construcción volante, el humano en su incansable impulso por forzar y saquear, decide entrar a la nave por la fuerza, para encontrarse dentro una raza de alienígenas enfermos y desnutridos, que requieren de atención médica. De esa forma, los humanos y los “bichos”, conviven cierto tiempo hasta que el gobierno decide meterlos en un barrio marginal: el Distrito 9.
     Más adelante, Wikus Van De Merwe, protagonista del film, es encargado por una empresa, a dirigir una operación para trasladar a los extraterrestres. Y ahí comienza el desarrollo de la historia, que no desvelaré por si alguien no la ha visto y tiene intención.

     Cinematográficamente, la belleza de la cinta es notable. Todo se plantea en base a un documental que narra la historia de Wikus, en el que se nos va contando la historia y la situación derivada del Distrito 9 por medio de entrevistas a familiares y amigos, mientras que a la vez, vemos escenas fuera del documental, con un ritmo bastante rápido, que hace que sin darte cuenta te veas en la historia pidiendo el siguiente paso.

     Hay una variación bastante aceptable de la fotografía, y de los recursos que presenta: mientras que en momentos la cámara se porta al hombro del supuesto reportero (aportando naturalidad, un punto de vista en primera persona y cierto nerviosismo), se alterna con planos fijos, o en movimiento, cambiando a escenas más vistosas y amplias en momentos de acción. El trabajo de escenario es genial, viéndonos en medio de un campo de concentración con chabolas y basura, y en general, en la ciudad sudafricana, mezclado con un diseño que nos recuerda que estamos ante una película de ciencia-ficción, aunque a veces, por su elegancia y metáfora, cualquiera lo diría.

     Porque en parte, la importancia de Distrito 9 en el mundo del cine está en que, siendo ciudadanos informados y cabales, podremos darnos cuenta de que si se presentara la situación, es casi seguro que ocurriría así. Simplemente los “falsos” comentarios de la gente en las entrevistas del ficticio documental (“si fueran de aquí a lo mejor lo soportaría, pero tío, son de otro planeta”), o la forma que tiene el brazo armado de tratar a la raza, puede llegar a ponernos los pelos de punta, al extrapolarlos a otras situaciones, como cualquier genocidio.

     Por supuesto, no es una soberana obra del séptimo arte (a veces adolece faltas de fuerza en el guión que, pese a ser muy profundo, presenta un planteamiento que bien merecería prestar atención a temas que la película nos ofrece, aunque no aborda del todo), pero lo que es seguro es que estamos ante algo fresco dentro del cine, y sobre todo de la ciencia-ficción. Distrito 9 embellece el género, dándole seriedad y realismo, y, aunque tiene ciertos puntos negativos, merece ser recordada sobre muchas de sus compañeras de año. Soy de los que piensa que ya no se hace nada como antes (básicamente porque el mundo, con excepciones, parece que se está volviendo light... Prometo luchar contra eso xD), pero sin duda, se siguen dando pasos adelante. [7,7/10]

P.D: No soy dado a hacer críticas tan directamente, pero sinceramente, creo que ésta se lo merece. Lo bueno del cine es que la magia a veces no está solamente en las obras cumbres, sino, como en este caso, en producciones y direcciones nóveles. En fin, un saludo para todos (en especial a Abel, que me dice que le molan mis análisis, ¡gracias por eso!), espero que haya gustado y sobre todo que vean o hayan visto la película. ¡Hasta pronto!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Exacto, siempre me paso por tu blog en busca de reflexiones y críticas (tanto cinemáticamente hablando como musicalmente)

Me encanta el cine. Y siempre que puedo intento ver las grandes pelis en él.
Y sí, he ido a ver esta peli al cine.
Es una buena peli, pero bajo mi punto de vista se le da mucho más protagonizmo al humano, en vez de a los "bichos" que vienen siendo la cosa rara y misteriosa.


La próxima que quiero ver es Malditos Bastardos de Tarantino. Pero con esta racha se me va del cine xD

Sigue así Juanxo!

Juanjo dijo...

Joder con Malditos Bastardos, yo tampoco he podido verla xD.

En cuando al asunto "bicho", yo creo que narrativamente está bien planteada. Se aborda bastante con Christopher, pero es cierto que no se profundiza.

De todas formas, tío, tal y como acaba la película me espero una segunda parte (que puede o bien elevarla a los cielos o por otro lado cagar el planteamiento inicial). ¿Crees que Christopher va a incumplir su promesa? xD