jueves, 14 de enero de 2010

Espiral

     Cuando lo leía no lo acababa de creer, pero parece que esto es así. Todo blog sube y baja. Todo autor se motiva, o se desmotiva a crear. Y a mi me ha pasado.

     Hace ya dos meses, casi, que no paso por aquí. Es hasta irónico que la última entrada que se publicara fuera un día antes de la fecha de cumpleaños de la página, que tenía por lo menos pensado anunciar.

     En fin, las navidades han transcurrido. Se han ido, como se van siempre. Y aunque este año no hay reflexión gatuna, que a todas luces iba a ser parecida a la pasada, volvemos por aquí con más delirios. No se si aún hay gente que seguía visitando el blog, pero si es así, muchas gracias a todos, y por otro lado, les pido disculpas por descuidarlo de esta forma.

Hoy vuelas entre sólidas nubes. El viento, antes suave y delicado, te azota la cara, y el sol, inconscientemente, no te trata con cuidado. Te quema, y apenas puedes abrir los ojos.
Hoy eres como el rey carmesí. No sabrás si sonríes o entristeces. Crees mandar sobre un reino que no conoces, y del que te consideras monarca.
Hoy vives, o no vives. Te preguntas si surcar el cielo sin rumbo es volar. Añoras ver tierra de nuevo, añoras caminar.
Hoy cambias tu piel, hinchas tu pecho. Temes decaer, y aún más, que los demás se den cuenta.

Pero hoy también danzas, bailas y saltas. Y, como pulsos, cada vez que tu cuerpo encanta al cielo con un movimiento, irradias luz, para luego, de un disparo, recogerla hermosamente.
Hoy también sonríes. Y me conduces por el oscuro camino que ansío recorrer, por el que vivo.

Hoy es ciclo. Hoy es luz. Hoy es yo.

Hoy, por encima de todo... Eres tú.